Calderas de condensación

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Una caldera de condensación es un artefacto que produce agua caliente a baja temperatura 40-60 °C, con un alto rendimiento y, por tanto, emisiones más reducidas de CO2.

¿Qué es una caldera de condensación?

La caldera de condensación, ya sea  caldera de gas, caldera de gasolina, o caldera de leña, es una caldera destinada tanto a la calefacción como a la producción de agua caliente sanitaria. Su funcionamiento es parecido al de las calderas clásicas, con la diferencia de que su rendimiento es más elevado gracias a un sistema de condensación de vapores, de ahí su nombre.

Este desempeño representa un rendimiento entre un 15 y un 20 % superior al de las calderas convencionales, lo que hace que la caldera de condensación sea una opción muy interesante para ahorrar.Por otro lado, una caldera de condensación produce menos partículas finas, lo que es muy importante desde el punto de vista de la conservación medioambiental y de la lucha contra el calentamiento global.

¿Como funciona una caldera de condensación?

El principio de funcionamiento de cualquier caldera (excepto de las calderas eléctricas) consiste en quemar combustible, que puede ser gasolina, gas o leña, y producir, gracias a esta combustión, calor para devolverlo al circuito de calefacción de la vivienda.

Las calderas convencionales tienen un rendimiento de entre el 80 y el 90 %, mientras que el de las calderas de condensación llega hasta el 100 o el 110 %. ¿A qué se debe ese rendimiento? Para responder a esta pregunta, primero hay que comprender el principio de rendimiento de las calderas.

¿Es eficiente?

El rendimiento de una caldera es igual a la diferencia entre el calor que se devuelve al circuito de agua caliente y el calor producido por la combustión. Este último parámetro se conoce con la apelación PCI (poder calorífico inferior), que corresponde al calor que se extrae de la combustión completa de una unidad combustible, menos las pérdidas de calor ocasionadas por la producción de humos y la evaporación (en resumen, la diferencia entre energía consumida y energía devuelta). Las calderas de condensación consumen entre un 10 y un 25 % de combustible menos que una caldera convencional, produciendo el mismo calor.